Entradas

#RRHH y la gestión de la felicidad

Imagen
Debo reconocerlo: alucino al ver cómo, algunas veces, desde Recursos Humanos vendemos humo. Todavía me sorprende más cuando vendemos mentiras y lo más increíble es que hay gente en posiciones directivas de grandes empresas que nos compra ese humo y esas mentiras.   Últimamente está de moda la gestión de la felicidad. ¿En serio?   Debo ser muy antiguo, pero no logro entender que alguien consiga ser feliz a través del trabajo. Supongo que va muy ligado a lo que la felicidad puede significar para cada uno, pero si consultamos en Wikipedia, la felicidad se asocia al logro de una meta particular que origina un estado emocional de alegría y satisfacción.   Puedo entender que el trabajo sea un lugar en el que la persona se siente realizada, motivada, integrada, etc. Pero el trabajo sólo es un medio para conseguir una meta que se llama felicidad. Si el empleo se convierte en un fin, ¿qué clase de vida estamos llevando? En ese caso, ¿el fin de semana es ...

¿Candidato o cliente?

Imagen
La mayoría de empresas dedican grandes esfuerzos al posicionamiento de su marca en el cliente externo. Son menos las que también dedican recursos reales a cuidar al cliente interno (muchas menos de las que dicen hacerlo). Pero en medio del cliente interno y el externo existe una especie de limbo que pocas veces se controla: los candidatos que tienen contacto con el departamento de recursos humanos. Me refiero a esas personas que de alguna manera han conocido la compañía y han decidido enviar su currículum con la esperanza de poder trabajar en ella. Los candidatos son clientes externos potenciales (si no reales) de la empresa y, si finalmente acaban siendo contratados, también serán clientes internos. Si esto sucede, la primera persona con la que habrán tenido contacto en la compañía es el/la técnico/a de selección que haya realizado la primera entrevista. Como suele decirse en estos casos no hay segundas oportunidades para causar una buena impresión. Existen técnicos de selección...

Dime cómo es tu equipo y te diré cómo eres tú

Imagen
La realidad que vivimos no es objetiva. Realmente sentimos la interpretación subjetiva que hacemos de esa realidad. El mismo estimulo es interpretado de diferente manera en función de quién lo recibe. A modo de ejemplo tonto pero muy habitual: en una misma oficina podemos encontrar personas que se quejan del frío mientras otras dicen sentir un calor insoportable. La valoración de los empleados también es inevitablemente subjetiva. Además, para economizar recursos, las personas tendemos a etiquetar para simplificar nuestros análisis. Así, hablaremos de "el vago", "el conflictivo", "el currante", etc, pero estas etiquetas pueden ser diferentes a las que considere otra persona, ya que lo que percibimos de los demás no es la realidad, sino nuestra interpretación de la misma. A lo largo de mi experiencia he encontrado jefes que se quejan de forma constante de sus equipos y excusan la falta de resultados con la incompetencia de sus subordinados, a...

No tengo tiempo para pensar

Imagen
"Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno, y las condiciones de trabajo, mejores aún, así que el leñador se propuso hacer un buen papel. El primer día se presentó al capataz, que le dio un hacha y le asignó una zona del bosque. El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar. En un solo día cortó dieciocho árboles. –Te felicito, sigue así –dijo el capataz. Animado por estas palabras, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó temprano. A la mañana siguiente se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más de quince árboles. –Debo de estar cansado –pensó. Y decidió acostarse con la puesta del sol. Al amanecer se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron siete, luego cinco, y el último día estuvo toda la tarde tratando de tala...

¿Quién es el cliente de RRHH?

Imagen
Todo trabajador, tanto si trabaja por cuenta propia como si lo hace por cuenta ajena, debe tener muy claro quién es su cliente. Sólo de esta manera pueden marcarse objetivos que aporten valor real y justifiquen el precio que cobra por sus servicios profesionales. Lo cierto es que de forma habitual es fácil identificar al cliente como aquella persona o sociedad que paga por un bien o por un servicio profesional. En el caso de los departamentos de RRHH no está tan claro. Es cierto que los profesionales que trabajamos por cuenta ajena, nos paga una empresa y eso convierte a nuestros superiores en nuestros clientes. Es evidente que si dejamos de aportarles valor, nos quedaremos sin trabajo. Sin embargo, pasamos buena parte de nuestra jornada atendiendo y dando servicio al resto de empleados. Dedicamos buena parte del tiempo solucionando sus dudas en materia de relaciones laborales, detectando e intentando satisfacer sus necesidades formativas, intentando que sus condiciones sala...

El problema no es tu equipo humano

Imagen
Hace un tiempo, hablaba con un responsable de área, con una plantilla de aproximadamente unas 100 personas. Comentábamos anécdotas de la plantilla y lo difícil que era gestionar a los empleados. De hecho, dicen que la mayor dificultad de de gestionar una empresa es la gestión de personas. Absentismo, poca motivación,  falta de compromiso , etc. Cuando llevábamos un rato y el pesimismo se había hecho protagonista, le pedí que hiciera una "carta a los Reyes Magos", que se olvidase de indemnizaciones y costes de personal y escribiera los nombres de las personas a las que despediría de manera inmediata. Teniendo en cuenta lo desastroso que parecía todo en nuestro discurso, cualquiera imaginaría que la lista sería interminable, pero sucedió todo lo contrario. No era la primera vez que hacía este ejercicio y el resultado siempre ha sido parecido cuando hablamos de plantillas más o menos grandes. Es decir, un jefe que se queja claramente de la dificultad de gestionar su plantilla, ...

El empleado imprescindible

Imagen
A estas alturas de la película, doy fe de que todavía hay trabajadores que se consideran imprescindibles para la viabilidad de sus empresas. Decía Sam Walton, fundador de Walmart que hay un solo jefe: el cliente. Y él puede echar a todos, desde el presidente de la empresa para abajo, simplemente yendo a gastar su dinero a otro sitio. Evidentemente, no le falta razón. Así que si hay una persona imprescindible, es el cliente. Pero ¿y dentro de las empresas? ¿Hay trabajadores imprescindibles? No conozco ningún caso de ninguna empresa que haya cerrado por perder a un empleado, por mucho talento que éste tuviera, independientemente de la responsabilidad que tuviera dentro de la organización. Es cierto que la marcha de algunas personas puede ocasionar muchos problemas a corto plazo, pero se acaban solucionando a medida que la empresa se adapta a la nueva situación. Parece evidente que nadie es imprescindible, pero he comprobado como hay personas que no tienen esta idea realmente i...