Es una carencia grave de muchos mandos en cualquier compañía: no saben delegar. Son sobradamente conocidas las e xcusas más habituales frente a la incapacidad de delegar: “Ya lo hago yo, porque total, tardo más en explicárselo que en hacerlo” o “cada vez que lo dejo en manos de alguien las cosas no salen, así es que ya ni lo intento…”o “esto solo lo puedo hacer yo” . De cualquier forma, estas frases reflejan las excusas para explicar que no se está delegando. Sin embargo, muchos directivos no son conscientes de que no saben delegar. Ellos defienden que sí porque A es responsable de esto, B de aquello y C de lo de más allá. En cambio, cuando preguntemos a sus colaboradores, posiblemente nos dirán aquello de "aquí no se mueve un boli sin que X de su aprobación". Puede ser cierto que cada miembro del equipo tiene unas responsabilidades teóricas, pero nadie tiene ningún tipo de poder de decisión y suele existir un control exhaustivo de cada una de las tareas que realiza
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