La Reforma Laboral y su principal problema para el trabajador

Sobre la reforma laboral ya se ha dicho y escrito muchísimo. Para unos es la panacea que nos sacará de la crisis. Para otros todavía nos hundirá mucho más. Yo sigo preguntándome cuando entenderemos que de la crisis tendremos que salir nosotros solitos. 

En cualquier caso el tiempo dará o quitará razones, pero mientras eso pasa, los analistas dicen que es una reforma que acerca nuestra legislación laboral a un modelo más europeo, sobretodo por el aumento de la flexibilidad que otorga al empresario para contratar y para despedir. Parece que esto hace que el mercado sea más exigente con los trabajadores, que deberán mantener altos niveles de competitividad en toda su trayectoria laboral para no ser sustituidos por otros empleados mejor cualificados. Esto parece una ventaja para los trabajadores más jóvenes y con talento. En cualquier caso, es necesario que se establezca un sistema de formación continua realmente eficaz para trabajadores y desempleados. Aquí ya podemos encontrar alguna diferencia con otros países europeos que no se ha solventado. 



Efectivamente, la reforma laboral supone un aumento importante de la flexibilidad laboral: ampliación de las causas para un despido objetivo, reducción del coste del despido improcedente, desaparición de los salarios de trámite, etc. Sin embargo, el aumento de la inseguridad para el trabajador no viene compensado de ninguna manera. En líneas generales, en España no existe suficiente formación continua para que los trabajadores puedan adaptarse a nuevos métodos de trabajo que fomenten la competitividad empresarial. La reinserción laboral de determinados perfiles profesionales sigue sonando a utopía en nuestro país.

En definitiva, el mayor beneficio para el empresario es el aumento de la competitividad. El mayor beneficio para el trabajador es que premia el talento y el esfuerzo. El mayor problema para el empleado es la necesidad de reciclaje constante para no quedarse fuera del mercado laboral. Frente a este problema queda plantearse en cada caso si la formación del trabajador es responsabilidad de la empresa o del propio trabajador. Personalmente, creo que la excusa de atribuir toda la responsabilidad a la empresa cada vez tiene menos sentido.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Echa la culpa a otro. Serás mediocre pero feliz

Delegar no es asignar tareas

Ventajas y desventajas de la subcontratación