¿Qué es el éxito?

Pocos conceptos son más subjetivos que el éxito personal o profesional, pero en general, suele asociarse a la capacidad económica y al estatus social. Somos muchos los hijos de aquella generación que escuchó hasta la saciedad el “estudia para ser alguien en la vida”. Es decir que, si no conseguíamos un empleo con cierta cualificación, seríamos una especie de deshechos sociales. Al poco tiempo pudimos comprobar que aquellos “fracasados” que habían elegido la formación profesional, empezaban a trabajar antes, tenían mejores salarios que nosotros y se convertían en caramelitos para las empresas, pero esa es otra guerra de la que ya hablaremos otro día. 

A mi modo de ver, existe discriminación por parte de ciertos trabajadores “cualificados” hacia los “no cualificados”, como si el éxito sólo estuviera al alcance de los primeros. A modo de ejemplo, una infografía que aparecía hace pocos días Linkedin (hay muchísimas más de este tipo): 
Evidentemente, todas las habilidades van dirigidas a trabajadores con un cierto nivel de responsabilidad. Dudo que a un albañil o un camarero se les llegue a valorar por estas características. 

Otro ejemplo que tenía un montón de recomendaciones en Linkedin de gente que debía pensar lo humildes que son por compartir estas cosas: 
Es decir, las personas merecen mi respeto… ¡porque puede que en el futuro lleguen a ser alguien importante! 

He trabajado en RRHH desde 2002 y tengo la suerte de dedicarme a algo que me apasiona. He tenido esa suerte, porque en las empresas en las que he trabajado había mozos de almacén que cargaban camiones para hacer llegar la mercancía a la tienda, comerciales que pateaban las calles en días lluviosos para dar a conocer nuestros productos y poder cerrar ventas, fresadores que creaban formas imposibles en un taller o chóferes que recogían residuos (basura) de la calle. Gracias a todos ellos y otros muchos como ellos, he podido cobrar mi nómina cada mes. Durante este tiempo, he trabajado para que ellos, los que están al pie del cañón pudieran hacer su trabajo de la mejor forma posible, pero sin ellos, mi función no hubiera tenido ningún sentido. 

La clave del éxito no está en lo que hacemos o en el coche que aparcamos en el parking de la empresa. Se trata de hacer lo que realmente queremos hacer y ser lo que de verdad queremos ser. Un albañil puede disfrutar y sentirse orgulloso de su trabajo. Por supuesto, puede conseguir unas condiciones económicas que le permitan vivir de una forma digna y además, sentirse valorado en su empresa. Eso es el éxito, conseguir lo que realmente quieres en uno o varios aspectos de tu vida. Para ser feliz, da igual si llevas corbata, traje o botas de seguridad. 

En mi caso, hace ya unos años, descubrí de repente, que el éxito era llegar a casa y que mi hija, que apenas sabía caminar, corriese hasta la puerta para recibirme.

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